In hac tanta (en español, En medio de tantas [tribulaciones]) es la 4ª encíclica de Benedicto XV, fechada el 14 de mayo de 1919, el quinto año de su ponificado, dirigida a los arzobispos y obispos de Alemania con ocasión del XII centenario del comienzo de la delegación apostólica a aquel país de San Bonifacio.
Contexto histórico
Bonifacio (680-754), nació en Crediton (Devoshire, en Inglaterra) y profesó en la orden de San Benito a los 30 años. Deseando la conversión de los germanos, y tras un primer intento en 715 que le llevó a Frisia y que debió abandonar por las guerras que enfrentaba al rey de los frisones con Carlos Martel, rey de los francos. Viajó a Roma, donde expuso sus deseos a Gregorio II que en 718 le encargó la misión de evangelizar y organizar la iglesia en Alemania.[a]
Su labor en Turingia, Hesse y Frisia conduce a la fe y al bautismo a millares de germanos; en 720 acude a Roma donde informa al papa del desarrollo de la iglesia en Alemania, en esa ocasión, el papa le nombra obispo de aquella iglesia. En 738, regresa de nuevo a Roma, donde el papa GregorioI III, sucesor de Gregorio II, le nombra arzobispo y delegado apostólico en aquellas tierras.
Continuó su labor evangelizadora hasta su muerte, el 5 de junio de 754 acaecida cuando, cercano a los 70 años, atravesaba Flandes, posiblemente dirigiéndose a Frisia, a cuya evangelización nunca renunció; en un lugar -a unos 40 km de Dunkerke- él con todos sus compañeros fueron asesinados.
Contenido de la encíclica
En el mismo inicio de la encíclica el papa destaca la difícil situación social[b] en la que se celebra el duodécimo centenario de la delegación apostólica de San Bonifacio en Alemania.
Enseguida pasa a comentar -como en un coloquio con los obispos a los que se dirige, tal como señala en la propia encíclica- la historia de unión con el papa de la iglesia de Alemania, que tiene su origen en el encargo que el papa Gregorio II hizo a Bonifacio para que como delegado apostólico evanglizara a los pueblos de aquella gran región, tal como se recoge en la carta que el papa le entregó y cuyo texto se ha transmitido:
Abundantes documentos muestran un intercambio continuo de correspondencia entre Bonifacio y el papa, también con sus sucesores -Gregorio III, Zacarías y Esteban II- que le confirmaron en la delegación apostólica que ejercía, siendo además nombrado arzobispo. Benedicto XV resalta en al encíclica, como Bonifacio, mantuvo hasta el último momento de su vida la atención a la grey que tenía encomendada y la evangelización de los pueblos a los que aun no había llegado la fe, pues en su alma había arraigado firmemente la antigua tradición de la Iglesia:
Estos ejemplos del santo llevan a que el papa pase a mostrar en la encíclica cómo la caridad de Bonifacio, que no se limitó a las tierras alemanas, pues se dirigió a todos los pueblos y de esta actitud nació "la fe religiosa, la prosperidad y la convivencia civil para los alemanes",[5] y como la caridad es origen de todos los bienes, al papa hace votos para que en la sociedad alemana, atormentada por los conflictos sociales, habiendo restaurado los derechos y las leyes divinas "florezca de nuevo la caridad cristiana para poner fin a las guerras y los odios".[6]
El papa concluye la encíclica concediendo la posibilidad de que en todas las iglesia de Alemania se pueda celebrar dentro de los meses de junio y julio, y durante los tres día que se dediquen la conmemoración del centenario. la misa de San Bonifacio; que el día de la fiesta los obispos impartan, personalmente o por un delegado, la bendición papal, y que los fieles que visiten las iglesias de Alemania el día en que se celebre el centenario, lucren indulgencia plenaria.
Véase también
- Benedicto XV
- Encíclicas de Benedicto XV
- Alemania
- Portal:Iglesia católica. Contenido relacionado con Iglesia católica.
Notas
Referencias

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